Quería celebrar su cumpleaños por todo lo alto. Y por lo bajo. Se había propuesto comerse una polla aquella noche, para celebrarlo.
Entró en un local, de ambiente. Un lugar donde se bebe sin tener sed. Buscó alguno que estuviera lo suficientemente borracho, para el fin que deseaba, pero tampoco tan borracho que no fuera capaz de nada. Incapaz de levantarse, empalmarse. En la barra, lo encontró. Era el candidato ideal. Apenas tuvo que esforzarse para conseguirlo. Sabía que tenía un buen cuerpo, no era difícil encontrar pretendiente. Salieron del bar, y buscaron intimidad. Aunque a medias, para ser sinceros, ya que una pared, una acera y una hilera de coches aparcados, les sirvió. Para ellos era un perfecto nido de amor.
Se agachó. En cuclillas. Le bajó los pantalones y comenzó a mamar. Trabajando perfectamente. Era un buen nabo, perfecto para celebrar su cumpleaños. Un gran regalo, y cuando digo gran, me refiero al tamaño de aquel pepino. Desde allí abajo, miró hacia arriba, mirándolo a los ojos, con mirada provocativa. Pero algo cambió en su rostro. Se atragantó. Del susto, se resbaló. Había perdido el equilibrio al atragantarse con aquella polla. Tuvo la mala suerte de caer de espaldas, dándose con algún adoquín…
Gléz-Serna
Y el otro que pasa con el? no fue capaz el muy cabron de darle unas palmaditas en la espalda? pobrecito mio 😥
Muy bueno :D, me encanta como lo describes, te pone ne la piel del personaje.
By: r3hts3 on diciembre 16, 2009
at 10:59 pm
jajaja, la verdad es ke del otro me olvidé. Pero despues pense que tampoco era tan relevante en el relato. Jajaja, debió darles unas palmaditas por lo menos al muchacho….jajaja
By: entremildudas on diciembre 17, 2009
at 7:28 pm