Sexo con Vito

Puse en el equipo de música un disco de Madonna. Like a Virgin comenzó a sonar. Yo estaba desnudo. Una copa de vino y un cigarro en mis manos. Me volví a sentar en el sofá.

Entonces, la puerta corredera que separa mi salón del resto se abrió. Hizo entrada aquel nuevo amante, era de fin de semana. Sólo unos boxer le tapaban. Es la prenda interior masculina que más me pone. Además, era de los llamativos, con un dibujo original. Me encantó. Pero más aún la silueta de su polla. Admiré su pecho, sus muslos, su todo.

-Vito, date la vuelta…-Le sugerí. Mi polla se empalmó al momento de ver su culo, tan bien marcado y suculento. Me mordí los labios. Vito era mi nuevo fichaje. Lo conocí en una empresa que frecuento por mi trabajo. Le invité a mi piso y aceptó.

Me levanté. Cogí su copa y se la acerqué. Bebimos los dos. Madonna sonaba fenomenal, proporcionaba un genial ambiente gay. Mi mano libre se posó en su hombro. Comencé a bailar, rozando mi verga con la suya. Mi mano bajó por su cuerpo. Yo fui poniéndome en cuclillas. Me puse al nivel de su entrepierna. Mordí su polla a través de la ropa interior. Le bajé los boxer, se los quité. Me incorporé. Bebí un poco más de tinto. Le abracé. Nos besamos. Nos devorábamos. Dejamos la bebida. Mis dedos acariciaron sus nalgas, buscaban su ano. No tardaron en encontrarlo y jugar con él. Nos abandonamos al sexo desenfrenado y  loco.  Vito tenía una polla muy común, pero muy bonita. Quizás de las más bonita que he visto, que he chupado, que he lamido, que he mordido, que he introducido en mi culo. ¡Maravillosa!. Por supuesto que en aquel momento  se la lamí, comí, mordí y chupé hasta que conseguí su semen, en abundancia.

Gléz-Serna