Posteado por: entremildudas | diciembre 18, 2009

Chulo a las diez (3ª Parte)

Dejamos a Concha llorando, desamparada. Hablando en plata, hecha una mierda. Durante la visita del chulo, habían reaparecido los fantasmas del pasado. Su pasado con su ex. Un hombre que le hizo vibrar como ninguno. Lo amó con locura. Lo sufrió con locura.

Por esto, Concha tenía miedo a enamorarse de nuevo. Canalizaba sus miedos atacando a los hombres. Desde aquello, hasta esta noche, ella se había dedicado a explotar al sexo masculino. Se acostaba con ellos mediante pago. El que no era de pago lo hacía de manera humilladora. Concha se auto engañaba. Esta noche tuvo la prueba. Se percató que todo ocurría por miedo a sufrir de nuevo, amar de nuevo.   Su autoridad, supremacía, sobre los hombres, había sido un papel. Todo era puro teatro.

Concha nunca supo que le atrajo de su ex, físicamente era normal. No tenía nada peculiar, pero supo someterla, haciéndola depender. Su ex le produjo sensaciones que ningún hombre le dio. No dejaba de pensar sobre todo aquello. Quizás, todo fue magnificado por su personalidad. Concha no asumía un fracaso, ni en lo laboral, ni en lo personal. Era una triunfadora. Por ello, Concha sufría todos sus problemas a espaldas del mundo.

Cuando el puto se marchó, Concha cogió una botella de ron del mueble bar. Pensaba olvidar sus penas con alcohol, ahogarlas en un mar etílico. Bebía a morro, sin contemplación. Desnuda aún, abrió el balcón, salió al exterior. Observó el cielo, la ciudad. La gente era feliz, eso creía ella. No le importaba que alguien la viera, desnuda, sólo tapada por la luz de la luna. El último trago de la botella lo derramó sobre una maceta. Regresó al salón, encendió un cigarrillo. A la luz del cigarro, rodeada de humo, Concha se durmió. El cigarrillo ya apagado, entre sus labios.

El sol asomaba sobre la ciudad. Un rayo de luz le iluminó la cara, le bañaba sus senos desnudos, los calentaba…Había llegado un nuevo día…

Gléz-Serna


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